
Foto por Ricardo Stuckert/PR bajo una licencia Creative Commons
Si miráis tablas de abundancia de elementos en la tierra veréis que el aluminio es uno de los elementos más abundantes de la Tierra el 7,5% de la corteza terrestre. La arcilla está compuesta de aluminio. Como puede ser que valiese tanto algo tan común. Bien, mientras que el oro es mucho menos abundante, es relativamente inerte, ¿qué quiere decir eso?, pues que le cuesta mezclarse para formar otras moléculas. Así que se lo puede encontrar en vetas de oro puro. En cambio es prácticamente imposible encontrar una veta de aluminio puro, siempre viene mezclado.
Seguramente estaréis pensando "bueno, y que, el hierro tampoco suele estar aislado" y no os falta razón sin embargo a diferencia del hierro aislar el aluminio es muy costoso. Poneos a pensar si conocéis alguna civilización que pudiese manejar el aluminio, manejaban cobre, zinc, estaño, mercurio, oro, plata, hierro... pero no aluminio. El aluminio fue aislado por primera vez en 1825, y para conseguirlo se gastaron grandes cantidades de energía por unidad de peso. De ahí que fuese tan caro.
Sin embargo en 1889 los precios bajaron súbitamente al descubrirse un nuevo método de obtención de aluminio, que sigue en uso a día de hoy. El proceso Bayer. Desde entonces el método se ha ido perfeccionando aunque en esencia sigue siendo el mismo.
Aun así la cantidad de energía necesaria para obtener aluminio a partir de la bauxita sigue siendo considerable (17 kWh por kg de aluminio). Así que se han desarrollado varias alternativas. La primera, evidentemente es el reciclaje, al reciclar aluminio no hace falta volver a separarlo. A base de ir extrayéndolo poco a poco de la tierra los humanos hemos conseguido tener una impresionante reserva de aluminio casi puro en forma de chatarra. Se están implementando también nuevas técnicas que permiten obtener el aluminio a partir de arcillas (en lugar de la bauxita) que en reducen el gasto energético.
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